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Hoy, 18 de diciembre, celebramos el Día Internacional del Migrante. No es solo una fecha en el calendario, es un recordatorio de millones de vidas en movimiento, de personas que han dejado atrás su tierra, su familia y sus raíces para emprender un viaje lleno de incertidumbre, pero también de esperanza.

Migrar es un acto de valentía. Significa mirar hacia adelante aun cuando el camino es difícil, significa apostar por un futuro mejor para uno mismo y para los seres queridos. Cada persona migrante trae consigo una historia única, de lucha, de resiliencia, de sueños que se niegan a apagarse.

En AD Los Molinos tenemos el privilegio de acompañar a muchas de estas personas en su proceso de integración. Vemos cómo, poco a poco, encuentran un lugar en nuestra sociedad, cómo aprenden, trabajan, se forman y aportan su talento y su cultura. Cada sonrisa recuperada, cada logro alcanzado, nos recuerda que la migración no es una pérdida, sino una ganancia para todas/os.

En nuestra asociación, no solo trabajamos con personas migrantes, también somos un equipo diverso. Venimos de distintos países, trayectorias y culturas, y esa pluralidad se refleja en nuestra manera de acompañar y entender las realidades de quienes llegan.

Cada idioma que hablamos, cada experiencia que compartimos y cada mirada distinta que aportamos, se convierte en un puente hacia la inclusión. La diversidad dentro de nuestro propio equipo nos recuerda que la integración no es un objetivo lejano, sino una práctica cotidiana que nos enriquece y nos hace mejores.

Gracias a esa mezcla de voces y talentos, podemos ofrecer un apoyo más humano, más cercano y real. Porque cuando quienes acompañan también han vivido la experiencia de migrar o de adaptarse a un nuevo entorno, la empatía se multiplica y la ayuda se transforma en confianza.

Hoy queremos rendir homenaje a quienes migran. A quienes cruzan fronteras con la esperanza en la mochila. A quienes construyen puentes entre culturas y nos enseñan que la diversidad es riqueza. A quienes, pese a las dificultades, siguen adelante con dignidad y fuerza.

El Día Internacional del Migrante nos invita a abrir los ojos y el corazón. Nos recuerda que detrás de cada cifra hay un rostro, detrás de cada viaje hay una historia, y detrás de cada migrante hay un ser humano que merece respeto, oportunidades y acogida.

Migrar es un derecho, y acoger es un acto de humanidad.